jueves, 17 de junio de 2021

La profecía de Isaias 40,3-5

 La profecía de Isaias 40,3-5

En los evangelios de Lucas 3, 3 y Marcos 1, 4. Si echamos un vistazo nos dice que Juan el Bautista que vivía en el desierto proclamaba un bautismo de arrepentimiento para el perdón de los pecados. Algo que debió de sonar extraño a sus oyentes, pues el perdón de los pecados en el judaísmo era por medio de los sacrificios de animales en el templo de Jerusalén.
Si bien, el texto de Lucas cita el texto como prueba de como está escrito en el libro del profeta Isaías, y que esta profecía se cumplió con el Bautista que dice:
Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor;
Enderezad sus sendas. Lucas 3: 4-6. Ahora bien , en este pasaje de lucas no se dice nada del bautismo y mucho menos de un arrepentimiento y tampoco en el pasaje de Isaias 40: 3-5 del cual corresponde la cita.
Y ahora si leemos Mateo 3:11, Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que viene tras mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego. La proclamación del Bautista hace referencia al que viene detrás de mí. Juan el Bautista vincula su ministerio con el de Jesús.
La proclamación de Juan por arrepentimiento y la inmersión en agua, en Jesús se convierte en el bautismo del Espíritu Santo pero sin el agua.
Jesús pone en vigor la validez del bautismo en la contestación a Nicodemo: De verdad te digo que nadie puede entrar en el reino de Dios a menos que nazca del agua y del Espíritu. Juan,3,3-8 ver Ezequiel 36,25-27 ¡Reino de Dios en relacion con la venida del Espíritu Santo!
Los cristianos primitivos se bautizaban en el nombre de Jesús. Echemos un vistazo en Hechos 2:38 "Pedro les dijo: Arrepentíos y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo".
El bautismo seguía manteniendo su valor en relacion con la salvación y la venida del Espíritu Santo. Hechos 10, 48-Hechos 19,5
Observamos que se bautizaban en el nombre de Jesús y no empleando una formula trinitaria.

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