domingo, 26 de abril de 2020

El misterio del lienzo doblado por Jesús en el sepulcro

El misterio del lienzo doblado por Jesús en el sepulcro
El Evangelio de San Juan 20:7 nos dice que el sudario, que le fue colocado en el rostro a Jesús en su sepelio, no sólo estaba a un lado, aparte de las vendas, sino doblado. La Biblia dedica un versículo entero para decirnos que el sudario fue bien doblado y que se colocó en un lugar aparte (posiblemente en donde estuvo tendido).
El primer día después del sábado por la mañana, cuando todavía estaba oscuro, María Magdalena fue al sepulcro y encontró que la piedra había sido removida de la entrada. Ella corrió y le contó a Simón Pedro y al otro discípulo a quien Jesús amaba. Ella dijo: “Se han llevado el cuerpo del Señor del sepulcro, y no sabemos dónde lo han puesto”. Pedro y el otro discípulo salieron para el sepulcro. Corrían los dos juntos, pero el otro discípulo corrió más que Pedro y llegó antes. Como se inclinara, vio los lienzos caídos, pero no entró.
Pedro llegó detrás y entró en el sepulcro y vio las vendas en el suelo. El sudario que había cubierto su cabeza no estaba junto a los lienzos, sino plegado en un lugar aparte. (ref.: Jn 20:1-7).
¿Es importante esto? ¡Por supuesto! ¿Es realmente relevante este detalle? ¡Claro que sí!
Para comprender el significado del lienzo doblado, hay que entender un poco acerca de la tradición hebrea en esa época.
La servilleta o paño doblada sobre la mesa tenía un significado muy particular, una tradición judía sobre el Maestro y el siervo, y todos los niños judíos conocían esta tradición. Cuando el siervo ponía la mesa de la cena para el Maestro, se aseguraba de ponerla exactamente de la manera en que al Maestro le gustaba. La mesa debía estar decorada a la perfección, casi como para un ritual sagrado. Luego el criado tenía que esperar fuera de la vista de los comensales, hasta que el Maestro hubiera terminado de comer. El siervo no se atrevía a acercarse a la mesa, hasta que el Maestro hubiese concluido, a la espera de una señal…
Si el Maestro había terminado de comer, se levantaba de la mesa, se limpiaba los dedos, la boca y la barba, y haciendo un nudo con la servilleta, la lanzaba sobre la mesa. El siervo entendía entonces que era el momento para limpiarla. La costumbre de aquella época era que la servilleta anudada significaba “ya he terminado”.
Pero si el Maestro se levantaba de la mesa, doblaba la servilleta y la ponía junto a su plato, el siervo entendía que no debía acercarse a la mesa. ¿Por qué? Porque la servilleta doblada significaba “no he terminado, volveré”.
El sudario doblado lo entendió el discípulo Juan “el Maestro volverá”, por eso no entró al sepulcro, respetando esta tradición.
Jesús al doblar el sudario quería decir, que Él regresaba con un mensaje de resurrección, con un mensaje de vida. Para decirnos que regresaba al altar para bendecir el Pan de Vida Eterna y la Bebida de Salvación (Jn 6:50-57).
“El que da testimonio de todo esto dice: ‘Sí, voy a venir pronto’ ¡Amén! ¡Ven, Señor Jesús!” (Ap 22:20).

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